Un beso, cómo bala al pecho...: Arte.

lunes, 19 de agosto de 2019

Arte.

No había conocido un arte tan bello como tu rostro, portada perfecta de esa brillante y fascinante mente tuya, culminación exacta para la obra maestra de la existencia misma.

Jamás juzgué un libro por su portada y, créeme que, no fuiste la excepción. Desde el inicio supe que el contenido de tus páginas era impresionante, aunque no lo había leído. Ahora, que estoy en el prólogo, puedo permitirme decir que eres la expresión no impresa más hermosa que he tenido la fortuna de leer, y deseo conocer los contenidos enteros de tu alma. En esencia, quiero apreciar tu eternidad y escribir notitas en cada hoja, que me dejen hacerte saber lo mucho que te quiero.

He de decir que me intriga conocer el desarrollo de tu historia, tomarte de la mano y junto a ti llegar al clímax de lo que parece ser la historia más bonita que tendré la dicha de ver, o en su caso de escuchar, dependiendo si con tu vocecita de poeta me la quieres narrar. Muy suavecito, en el oído, como si de un cuento para dormir se tratase.

Y, al finalizar, para desenlazar la trama; acariciar tu lienzo de piel blanca, con mis manos como pincel, y mis labios como firma de autor. No serás mi creación, no serás mi musa, ni mi Capilla Sixtina, serás mi eternidad, mi tentación, mi aspiración de aficionado. Porque serás por ti misma, el arte más bello jamás creado.







A la musa, porque un día harás acto de presencia.

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