Un beso, cómo bala al pecho...: enero 2018

martes, 16 de enero de 2018

Depressed...?

Y, si buscamos un contexto uniforme a la inhóspita situación que nos viene acometiendo hace ya bastante tiempo, solo hay una respuesta, no hay ni mierda que encontrar.

Hace ya algunos días que venimos siendo otros, ya ni el espejo nos reconoce. Queriendo madurar y comprender, hemos evolucionado en criaturas complejas y estúpidas, sin necesidad de agraviar, no hay otra palabra para describirnos. Este proceso mórfico al que intentamos adaptarnos es más difícil de lo que creímos, por ello mismo, respirar se hace más difícil. Anhelamos encontrar razones que nos alienten a seguir vivos y nos obliguen a sostenernos en pie, pero, sin resultado alguno.

Dime cuantas veces has llorado de la nada en lo que va del año. Dime si te falta la respiración al pensar en el futuro. Dime si te pasa lo mismo que a mí porque siento que me está alcanzando la locura. Mis huesos se marcan de a poco en la piel, mis pómulos se han vuelto rígidos, las fuerzas me abandonan. Las personas…malditas personas.

Me dijeron que se volvería fácil, que era cuestión de días para acostumbrarme; el ardor de mi pecho crece y el vacío de mi alma con él. No sé cómo seguir, no sé el camino. Ya retrocedí mil veces y sigo… ¡SIN PODER LLEGAR A NINGÚN MALDITO LUGAR! Mi familia cree que tengo alguna enfermedad o que estoy en drogas, ojalá las drogas fueran la solución.

Me terminé otra cajetilla de cigarros, y otra, y otra, he perdido la cuenta del día o de la semana, no lo sé. He tratado de comer, pero cualquier bocado me da asco, pero me da más asco ver mi reflejo, ver mi debilidad, ver que no puedo volver a ser yo y dejar este despojo de huesos atrás. Que asco de vida.


Hoy en día cualquier imbécil se cree “en depresión” yo no lo estoy, no he caído en depresión. Solo es una mala racha, un mal momento que me ha durado más que otros malos momentos pero que se acabará, si lo hará. Todo terminará conmigo y el asco permanente, o sin mí, o al menos eso es lo que puedo pensar. Entre un cigarro y otro...no esperen mucho de mí.