Un beso, cómo bala al pecho...: agosto 2019

lunes, 19 de agosto de 2019

Arte.

No había conocido un arte tan bello como tu rostro, portada perfecta de esa brillante y fascinante mente tuya, culminación exacta para la obra maestra de la existencia misma.

Jamás juzgué un libro por su portada y, créeme que, no fuiste la excepción. Desde el inicio supe que el contenido de tus páginas era impresionante, aunque no lo había leído. Ahora, que estoy en el prólogo, puedo permitirme decir que eres la expresión no impresa más hermosa que he tenido la fortuna de leer, y deseo conocer los contenidos enteros de tu alma. En esencia, quiero apreciar tu eternidad y escribir notitas en cada hoja, que me dejen hacerte saber lo mucho que te quiero.

He de decir que me intriga conocer el desarrollo de tu historia, tomarte de la mano y junto a ti llegar al clímax de lo que parece ser la historia más bonita que tendré la dicha de ver, o en su caso de escuchar, dependiendo si con tu vocecita de poeta me la quieres narrar. Muy suavecito, en el oído, como si de un cuento para dormir se tratase.

Y, al finalizar, para desenlazar la trama; acariciar tu lienzo de piel blanca, con mis manos como pincel, y mis labios como firma de autor. No serás mi creación, no serás mi musa, ni mi Capilla Sixtina, serás mi eternidad, mi tentación, mi aspiración de aficionado. Porque serás por ti misma, el arte más bello jamás creado.







A la musa, porque un día harás acto de presencia.

jueves, 1 de agosto de 2019

Neutral.

Y, sin pensarlo, llegamos a un estado neutro.

Ya no sufrimos, pero, ya no queremos ser felices.

Ya sentimos que todo se normalizó, pero, en el mal sentido, porque, ahora lo normal es no esforzarte ni ilusionarte para que no te vuelvan a romper, pero, al tiempo quieres darlo todo, pero ya no tienes ni la mínima idea de qué es lo que puedes dar…

Ya te dejaron vacío, te lo quitaron todo, primero de a poco y de un golpe se fue absolutamente todo.

Se siente como si un toque nos pudiese romper,
como que ya no hay reparación,
como si todos los intentos de redención fueran inútiles…

¿Cómo quererte cerca y alejarte al mismo tiempo? Pienso y me pregunto, cada que veo tus fotos en mi celular, y recuerdo esos días en que la felicidad me inundaba y los “te amo” salían sin pensarlo, sin filtros y sin retención; o pienso en, aquellos días malos, cuando buscaba refugio en tu pecho y tus brazos me servían de hogar, mientras tu voz me apaciguaba el llanto…

A veces creo que es verdad todo lo que decías sobre ser eternos, pero, otras veces las dudas me llenan la mente de mentiras que, a sabiendas de que, la subjetividad de tus acciones me demostraban que solo tenías vida para mi…tu amor podría ni siquiera existir…


Esporádicamente, te encuentro en todos lados, como si de un fantasma se tratase. Mensajes de los días en que jurabamos amor, y de los que no sabías qué sentías por mí. Dudas radicales de la vida en general. Explicaciones del más allá. Fotos. Canciones. Lágrimas. Risas. Estás en todo; créeme que, la mayoría del tiempo, te odio por eso.

Y, después de tanto, sigo buscando calma en tu voz…aunque lo único que hace ahora es ponerme peor.