Un beso, cómo bala al pecho...: mayo 2018

sábado, 5 de mayo de 2018

Difícil.

De cuando en cuando, vuelves a mi en pensamientos, vagos recuerdos sobre tu sonrisa y tu manera de mirarme cuando estaba distraída. Tus manos sobre las mías, sosteniéndome con miedo a que me fuera. Soñando con tantos futuros posibles que perdí la cuenta. Tus labios besando mi frente en cada descuido. Mis lágrimas por recuerdos dolorosos causados por nuestro pasado...sí, así vienen tus recuerdos, dolorosos. En escala de soportable a insoportable, pasando por una serie de dolores intermedios que cada día aumentan... Y aún no sé como lidiar con eso, ni con eso ni con muchas cosas, como lo habrás notado.

Hace ya bastante tiempo que el tema quedó atrás, como indivisible o inexistente, pero hay algo que lo mantiene firme en mi memoria; por más que intente olvídarlo, ahí sigue y ahí sigues...y es...estúpido, tan solo de pensarlo.

Eres un fastidio, ¿lo sabías?
Con esas maneras tuyas de hacer comentarios al aire, que hieren a su paso,
con ese amor despampanante que proyectas, que endulza el alma,
con esa actitud,
con esos ojos,
tan cambiante como mis ganas de ahorcarte y de besarte que se intercalan y me divierten, y me molestan, y me apasionan y... ¿para qué seguir?

Mi intención solo es aclarar que el amor no es ciego, ni sordo, ni mudo, pero, a veces actúa como si lo fuera porque de no ser así todos estaríamos solos, viejos, tristes y acabados, sin mencionar que destrozados. Es difícil vivir sin amor, y con amor, la vida es difícil, punto, no hay más nada que aclarar.

De cuando en cuando, vuelves a mí en pensamientos,
de siempre a nunca, permaneces eterno en mi corazón,
hasta nunca mi para siempre amor...